Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://inestkir837130.ivasdesign.com/59700837/el-cabezazo-de-zidane-visto-desde-otra-perspectiva